Texto: Fátima Anzueto

Rina Lazo Wasem, nace en la Ciudad de Guatemala en 1923, su padre, el médico Arturo Lazo Midence, su madre, Melanie Wasem de ascendencia alemana. De ella y de su abuelo materno hereda el gusto por la pintura. Rina, desde pequeña estuvo en contacto con las artes, tomó clases particulares de dibujo y música.

María Teresa Chiquín con Rina Lazo y su hermano. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos: conversaciones con Abel Santiago, 1998.

María Teresa Chiquín con Rina Lazo y su hermano. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos: conversaciones con Abel Santiago, 1998.

INFANCIA

Estuvo al cuidado de nanas, mujeres indígenas mayas kekchí, estuvieron pendientes de ella. Rina mantenía tangible en su memoria el ambiente particular en el que creció en Guatemala, recuerda los paseos familiares, los paisajes de Cobán, la colorida vestimenta de sus nanas, como las grandes enaguas y sus rasgos físicos, en especial, recordaba a su nana María Teresa Chiquín.

María Teresa Chiquín era “el ambiente infantil con el que crecí, un ambiente impregnado de espíritu indígena, lleno de magia y creencias ancestrales”

 Por motivos laborales de su padre, la familia Lazo Wasem se muda a Cobán, un lugar situado al norte de la capital, ligado a la historia de sus progenitores, en esta zona se había asentado una buena parte de la comunidad alemana.

Pese a que Rina llega muy pequeña, los recuerdos son gratos, incluso, cruciales para entender el desarrollo de su carrera artística bajo la temática de los pueblos originarios.

Lazo comentaba que no entendía el idioma maya kekchí como su madre; no obstante, aprendió algunas palabras que escuchaba en los paseos por las calles del pueblo. Con tan sólo cinco años, su pasión por el arte se fue asentando, las tardes las dedicaba a dibujar; tuvo una profesora particular llamada Lolita Villacorta quien, en una ocasión la instruyó en la tarea de dibujar garzas. Este, era uno de los pasajes que más recordaba de su niñez debido a que el dibujo de la garza había sido agasajado por su maestra.

Años después, en México, el poeta Otto Raúl González (Guatemala 1921 - México 2007) le dedicó una reseña sobre la anécdota de aquella tarde con su maestra de dibujo, Rina Lazo y las garzas:

La maestra Lolita Villacorta, allá en las Verapaces, pidió a una Rina, es decir a una alegría de cinco años, que dibujase una garza. La maestra Villacorta se quedó largamente fascinada ante la belleza del dibujo y alcanzó a preguntar “¿Cómo fue que pudiste hacer una garza tan bonita?”. Ahora yo me hago estas otras preguntas: ¿fue aquello una premonición? ¿Era la señorita Villacorta una hada joven y buena? ¿Y como tal era capaz de leer en las líneas de la mano de una niña todo su hermoso futuro, todo su pictórico destino? Las respuestas las pueden dar todos los que tenemos el privilegio de ser sus amigos, pero también los que no lo son al contemplar la obra realizada por esta excelente artista guatemalteca-mexicana.

Pasado dos años, regresa a la ciudad e inicia sus estudios en en el Colegio Alemán, su educación empieza a ser más rigurosa debido a la influencia europea de sus padres, no obstante, las vacaciones siempre fueron en Cobán para visitar amigos de la familia o dar paseos por las fincas cafetaleras de la zona. En la adolescencia, Rina tuvo mayores inclinaciones artísticas, por recomendación de su amiga, la artista pintora, Carmen Neutze (Guatemala, 1937) decide tomar clases de pintura en el taller de Julio Urruela Vásquez (Guatemala 1910 – 1990), quien había regresado de estudiar en Europa y conocía las nuevas tendencias; bajo la tutela del maestro, Rina hace sus primeras pinturas.

Y, por recomendación de su maestro, se inscribe en la Academia Nacional de Bellas Artes de Guatemala, cursa las materias de dibujo, pintura y modelado.  El año en que ingresa a la Academia es crucial en la historia social y política de Guatemala debido a las acciones revolucionarias que se venían dando meses atrás con manifestaciones populares.

1944 marca un cambio para guatemala

  • Con la Revolución de 1944 se llevaron a cabo transformaciones históricas en el país a través de reformas políticas, económicas, sociales y culturales. Dentro de estos cambios, el futuro artístico de Rina Lazo se encamina a otros rumbos, en 1945 llega al poder el presidente Juan José Arévalo con nuevas ideas de conciencia social y política. Su gobierno entra con varias iniciativas y el arte se vio favorecido, un ejemplo de ello es que, a los pocos meses, se lanza una convocatoria por parte de la Asociación de Profesores y Estudiantes de Bellas Artes para la elaborar carteles sobre los actos conmemorativos de la Revolución del 20 de octubre de 1944.

  • Rina no duda en participar, obtiene el primer lugar con la obra titulada Por los caminos de la libertad.

  • El segundo premio de Rina Lazo en Guatemala fue la medalla de oro por un cartel elaborado para la Primera Feria del Libro que se llevó a cabo el 19 de julio de 1945.

  • En menos de dos años, Rina Lazo recibió su tercer premio después de participar en la convocatoria lanzada por el Ministerio de Educación de Guatemala el 20 de noviembre de 1945, el premio era una beca por un año y medio para hacer estudios de pintura en México.


La obra que pinta en el taller de Julio Urruela será el pase a México. Naturaleza muerta con Xipe fue seleccionada por el jurado calificador.

Naturaleza muerta con Xipe, óleo sobre tela, ca. 1946, Colección privada. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos.

Naturaleza muerta con Xipe, óleo sobre tela, ca. 1946, Colección privada. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos.

Ese instante lo tenía presente en su memoria, el acto de premiación lo describía a detalle, como la fotografía que capturó el momento en el que ella recibe el premio de las manos del presidente en turno, Juan José Arévalo. Incluso, recordaba que Alaíde Foppa se encontraba presente el día de la premiación “son buenos recuerdos el hecho de que ella aparezca en la fotografía” -comentaba Rina-.

Rina Lazo recibiendo de las manos del presidente Juan José Arévalo, la beca de estudios para México, ca. 1946. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos.

Rina Lazo recibiendo de las manos del presidente Juan José Arévalo, la beca de estudios para México, ca. 1946. Imagen tomada de Abel Santiago, Rina Lazo: sabiduría de manos.


MÉXICO: ENCUENTRO CON EL DESTINO

En 1946, Rina Lazo sale por primera vez de Guatemala al llegar a la Ciudad de México, se encuentra con un país lleno de oportunidades, su interés desde un inicio fue aprender la técnica del fresco, sin saber a qué escuela dirigirse, debido a que la beca no lo especificaba, decide contactar al artista Juan Antonio Franco (Guatemala 1920 -1994) para que la asesorara. Franco se encontraba radicando en México desde 1942, había trabajado como asistente de los muralistas Diego Rivera y José Clemente Orozco, también estaba relacionado con el Taller de Gráfica Popular.

Rina escuchó la recomendación de Franco y decide ingresar a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda e inmediatamente se inscribió en el curso de la técnica del fresco, por sino podía hacer los cinco años de la carrera. Tomó clases con reconocidos maestros dentro de la corriente pictórica que se encontraba en su mayor esplendor, el muralismo. Incluso, comentaba que el ambiente de la escuela, aún se respiraban aires revolucionarios.

Rina Lazo y Diego Rivera

Rina Lazo y Diego Rivera

A los tres meses de empezar clases en La Esmeralda, su profesor de técnica de procedimientos, Andrés Sánchez Flores (técnico de Diego Rivera desde los murales de Detroit) la selecciona para trabajar como asistente del maestro.

Rina Lazo era la encargada de colocar en la punta del carrizo un nuevo carbón, fue de las primeras tareas que le encargó el maestro. Más adelante, con la confianza que le otorgó Diego Rivera, le asignó moler pigmentos y colocarlos sobre su paleta.

  • De esta primera etapa, Rina comentaba que Rivera la acercó a temas de identidad, temas sociales y políticos propios de la época, incluso se familiarizó con su temática y pensamiento. Esto la motivó a entablar una amistad que prevaleció por diez años más en que siguió colaborando con él, ambos afianzaron un lazo de confianza y admiración a tal punto que Rina fue la ayudante predilecta de Diego Rivera hasta la muerte del artista.

  • Al terminar el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central en 1947, Rina se forjó mayores expectativas e ideales y continúo sus estudios en La Esmeralda. Una vez concluida la beca, recibió el apoyo económico de su padre para terminar los cinco años y titularse en 1954.

  • Por invitación de Diego Rivera, se unió al grupo de Jóvenes Artistas Revolucionarios.

Arturo García Bustos y Rina Lazo el día de su boda, 16 de octubre de 1949. Imagen tomada de Obra gráfica, Arturo García Bustos. Pasión creativa, arte militante, Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Bellas Artes, 2018.

Arturo García Bustos y Rina Lazo el día de su boda, 16 de octubre de 1949. Imagen tomada de Obra gráfica, Arturo García Bustos. Pasión creativa, arte militante, Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de Bellas Artes, 2018.

En un inicio, las inclinaciones plásticas la llevaron a unirse al grupo de jóvenes. Sin embargo, simpatizó con los ideales revolucionarios y empieza a participar de manera activa en el grupo, el cual se encontraba liderado por Arturo García Bustos (México 1926-2017). Bustos, artista pintor y grabador, había sido uno de los alumnos preferido de Frida Kahlo, él fue parte del grupo “Los Fridos” .

Diego Rivera, le presenta a Rina Lazo al joven revolucionario, líder del grupo de jóvenes. Y es desde ese primer encuentro que Rina y Arturo entablaron una larga amistad y complicidad, fueron compañeros de vida además de ser una pareja artística revolucionaria.

*Texto Fátima Anzueto.

*Imágenes que ilustran el texto se encuentran citadas de la fuente, véase sección de Archivo.

 
Información:  famaria@gmail.com

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